lunes, 13 de octubre de 2008

A mi me da igual

No se a ti, pero cuando a mi me proponen un plan para salir por la noche me suelen decir o el sitio donde se va, o la gente que va a estar o si necesitas autosuministrarme la bebida alcohólica porque estamos en crisis y aquí nadie regala chupitos de ron. Con cualquiera de estas informaciones yo soy capaz de decidir y escoger una de las siguientes dos opciones: 

a) Mmmm… parece interesante, voy.
b) Pffff… yo a ese sitio no voy que la música es una mierda y es carísimo ¿quién se viene a beber a mi casa?

Pues parece que la gente últimamente no es capaz de hacer esta sencilla elección. Cuando les planteas las dos opciones (recuérdese a y b) la respuesta de moda viene siendo algo como: 

“a mi me da igual, lo que tu digas”

¡Nooooooooo! ¡Mal! ¡Error! Vamos a ver, así de primeras parece que no es para tanto.  Ahora estás pensando “joe, pues claro, yo lo he dicho muchas veces”.  Pero es que el problema no está en la frase en si, sino un poco más atrás. Se trata de ese momento en el que se llega al local en cuestión y toda esa gente a la que todo le daba igual y te seguía hasta el fin del universo se revela contra ti con argumentos como “es que aquí hay mucha gente”, “¿cómo? ¿qué hay que pagar?”, “a mi es que la música esta me raya muchísimo”, “teníamos que haber ido a uno que yo se me…”. Mi respuesta a todo esto es:

“¿¿¿por qué no lo has dicho antes???”

Alaaaa que borde! Los cojones borde. Sin comerlo ni beberlo te acabas de hacer responsable de la desgraciada noche de un grupo de gente a la que ni siquiera habías invitado. Tú, que solo habías quedado con un par de amigos, tienes que entretener hasta las 6 a.m a un grupo de 15 personas de las que ni siquiera conoces el nombre.

¿Qué ocurre al final? Pues que tu no te diviertes, porque cada cinco minutos viene alguien a decirte lo aburrido que está y a preguntar cuando os vais. Ellos tampoco, porque no fueron capaces de decidir entre a o b y ahora no quieren asumir las consecuencias. Total una mierda de noche que solo se arregla porque los cuatro gatos que consiguen quedarse contigo son buena gente y acabáis encontrando un antro abierto hasta las siete donde ponen esa canción de Manú Chao que hace cantar a todo el local.

p.d. Solo escribo esto porque pensé que sería lo que pasaría el sábado pasado pero más bien fue todo lo contrario.  12 personas en lista en el Independance. Orgulloso. 


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